«Actualmente Estados Unidos y España son los mayores productores a nivel mundial, sumando entre los dos más del 50% de la producción.»
RIEGO
Es primordial en este cultivo asegurar un correcto suministro de agua en todo el ciclo productivo que se logra con un adecuado manejo del riego. El sistema de riego debe ser muy preciso y capaz de aportar un agua de elevada calidad por lo que es conveniente disponer de un buen sistema de filtrado. El aporte de agua debe ser a bajo volumen pero manteniendo siempre húmedo el terreno uniformemente.
Se recomienda riego por goteo, con una instalación de DripNET® 0,4 – 0,6 l/h cada 30 cm aproximadamente y una línea de goteros por cada fila de cultivo.
SIEMBRA
El acolchado es una técnica que se lleva a cabo de forma habitual, consiste en cubrir la línea de plantación con polietileno de color negro de 0,2 a 0,4 mm de grosor. Esto evita que la fruta tenga contacto directo con el suelo (disminuyendo la incidencia de fitopatías), controla el crecimiento de malas hierbas y aumenta tanto la humedad como la temperatura del suelo.
Para aumentar la protección del cultivo, es frecuente el uso de túneles que ejercen la función de invernadero. Estos pueden ser microtúneles que cubren exclusivamente una hilera de cultivo o bien de mayor tamaño que pueden cubrir parte o la totalidad de la plantación. En los casos que se opta por la elevación del cultivo con uso de sustrato hidropónico es recomendable una altura de 1,2 – 1,5 metros para optimizar las tareas de trabajo.
La densidad media en una plantación es de 60.000 pl/ha, alcanzando hasta 100.000 pl/ha según el tipo de plantación. Entre líneas de cultivo se recomienda una distancia de 0,8 o 1 metro.
CULTIVO
Actualmente Estados Unidos y España son los mayores productores a nivel mundial, sumando entre los dos más del 50% de la producción. En España más del 65% de la producción total se produce en la provincia de Huelva.
El cultivo de la fresa no sólo es importante como consumo en fresco del fruto sino también en la industria alimentaria en la fabricación de zumos, preparados lácteos como yogures o batidos, elaboración de mermeladas, confituras, conservas y congelados.
CLIMA
Los valores óptimos para una fructificación adecuada se sitúan en torno a los 15 – 20 ºC. Temperaturas por debajo de 12 ºC durante el cuajado dan lugar a frutos deformados por frío, en tanto que un tiempo muy caluroso puede originar una maduración y coloración del fruto muy rápida, lo cual le impide adquirir un tamaño adecuado para su comercialización.
SUELO
Requiere suelos sueltos, bien drenados y con elevada capacidad de retención de agua. Por su sistema radicular, lo normal es que no supere los 40 cm, contando con el 90% de las raíces en los primeros 20 cm. Por esta razón responde muy bien a cultivo sobre sustrato. Además este sistema permite elevar el cultivo, hecho que facilita en gran medida las tareas del cultivo.
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