Cultivo
El maíz (Zea Mays) es originario de la región Andina de América Central. Es el cereal más importante del mundo a nivel de producción al haberse situado por delante del arroz y trigo. La demanda está aumentando debido al crecimiento de la población mundial, de forma que la mejora de la productividad por unidad de superficie es una necesidad.
RIEGO
El riego del maíz ha variado en los últimos 100 años, desde el riego a manta o por inundación, al riego por aspersión y riego por goteo.
Según las necesidades hídricas para cada fase del cultivo las recomendaciones son: comenzar con un Kc de 0,3 en periodo inicial, incrementarlo hasta 0,8 a 0,9 en la fase vegetativa, 1,2 en las fases de polinización, borla y seda y disminuirlo hasta 0,5 durante la madurez del maíz.
Las necesidades de agua estimadas para un cultivo, podemos calcularlas mediante sistemas de evaluación directa, tales como el sistema Irriwise, que nos dará información sobre volumen de agua en el sustrato, o bien información de estado de planta mediante dendrómetros. Otra opción, es la obtención de la evapotranspiración (ETo), directamente a través de una estación meteorológica incorporada al sistema Irriwise, o mediante información recogida a través de la red de estaciones del Ministerio de Agricultura
GOTEO
La distribución de tuberías portagoteros en el cultivo del maíz, se adapta a la disposición del cultivo. En una plantación estándar la separación de las líneas de cultivo está entre 0,5 y 0,9 m, con una densidad de plantas de 80.000 a 95.000 plantas/hectárea. Las tuberías se reparten cada dos líneas de cultivo, de forma que la separación entre líneas portagoteros, oscila entre 1 y 1,50 m. No debiendo superar esta distancia en ningún caso.
La combinación de agua y abonado en las instalaciones de riego por goteo se ha mostrado como la opción más atractiva al unir mejores producciones con una reducción en los costes de instalación y mantenimiento.
En el consumo de agua en las instalaciones de riego por goteo de maíz se ha demostrado un ahorro medio superior al 35% frente al riego por aspersión o inundación y una mejora en la producción de maíz de un 15% de media. Por otra parte, mejor calidad de grano, se reduce la mano de obra, y mejora notablemente la distribución de fertilizantes a través del riego.
Dentro del riego por goteo, encontramos diversas alternativas, que se adaptan a la rotación de cultivos, técnicas de cultivo, tiempo de trabajo en parcela o necesidades de cada agricultor.
GOTEO ENTERRADO
Existe la posibilidad de realizar riegos enterrados, pero con instalaciones no permanentes. En este caso, disponemos de herramientas y aperos especiales que nos permitirán tanto instalar, como recoger, rebobinar y preparar la tubería para próximas instalaciones. Básicamente trabajaremos con tuberías DripNet™, Aries™ y Tody™.
Para maíz se trabaja con tuberías separadas entre 1,0 y 1,25 m y goteros separados 0,5 m entre sí.
GOTEO ENTERRADO CON ROTACIÓN DE CULTIVOS
La opción de enterrar tubería con gotero integrado con separación entre líneas de 0,5 m y una separación de goteros de 0,5 m y una profundidad de 20 a 30 cm, permite adaptar la red de riego a distintos cultivos con lo que podemos rotar con maíz, alfalfa, etc.
Según el plazo de tiempo que tengamos planificado como vida útil de la instalación, deberemos seleccionar el tipo de tubería a instalar, debiendo utilizar UniRam™, DripNet™, Aries™ o Tody™, de mayor a menor duración de la instalación.
GOTEO EN SUPERFICIE
Existen instalaciones en las que por diferentes motivos, se quiere tener la tubería a disposición, para llevar anualmente a instalaciones distintas, o realizar labores profundas. Básicamente trabajaremos con tuberías DripNet™, Aries™ y Tody™.
Las separaciones, son idénticas al caso anterior se trabaja con tuberías separadas entre 1,0 y 1,25 m y goteros separados 0,5 m entre sí.
ASPERSIÓN
El riego por aspersión en maíz, para conseguir una uniformidad correcta y superior al 90%, se está realizando mediante aspersores separados en líneas de 18 m y con una separación entre emisores de 15m, con caudales variables de 825 a 1862 m3/h, dependiendo de las condiciones edafológicas y caudal disponible en la instalación.
CLIMA
Requiere un clima templado y una humedad adecuada, siendo un cultivo sensible a las bajas temperaturas.
SIEMBRA
Una adecuada rotación de cultivos con el maíz controla malas hierbas, enfermedades y plagas y evita pérdidas de cosecha.
SUELO
Prefiere suelos fértiles, profundos, con buen drenaje y buena capacidad de retención de agua. Requiere un pH comprendido entre 7 y 8,5.
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