El avellano procede de Asia Menor desde donde fue importado a Europa por los griegos. En España su cultivo se extendió a mediados del siglo XIX, tras el arranque masivo de viñas como consecuencia de la filoxera.
Riego
El avellano es un árbol muy sensible a la falta de agua y presenta una baja capacidad de regulación estomática. En su cultivo en regadío es importante distribuir los riegos convenientemente según las necesidades de las distintas fases del cultivo, ya que si sufre de estrés hídrico puede producirse la caída prematura del fruto. Su cultivo se recomienda en regadío o en secanos con pluviometría elevada.
Para el cultivo en secano el árbol debe disponer de precipitación suficiente en primavera y en verano y un mínimo de lluvia otoñal para mantener una buena vegetación en el momento de la aparición de los órganos florales y del desarrollo del fruto.
Las fases con más necesidades de agua son el periodo que abarca el crecimiento vegetativo, la inducción floral y el desarrollo de la avellana.
BENEFICIOS
Los beneficios que se obtienen con el riego van ligados a la capacidad productiva del árbol. Un árbol que recibe el agua en cantidad suficiente de acuerdo a las necesidades de cada fase fenológica se desarrolla de forma óptima. El riego en cantidad y momentos adecuados aporta, entre otros, los siguientes beneficios:
- Promueve la diferenciación de las yemas florales, siendo las flores menos susceptibles a la caída.
- Aumenta el índice de área foliar.
- Aumenta la tasa de fotosíntesis neta.
- Aumenta la asimilación de nutrientes con efecto directo sobre la productividad.
- Adelanta la entrada en producción del árbol.
- Disminuye las variaciones en la producción (alternancia).
- Incrementa el calibre del fruto.
En condiciones de estrés hídrico se produce una disminución de la funcionalidad foliar y de la capacidad acumulativa de la copa, lo que afecta directamente en las reservas del árbol para su producción. Además diferentes procesos fisiológicos pueden entrar en competencia mutua lo que tiene como consecuencia efectos adversos en la productividad y en la calidad de la avellana.
SISTEMA DE RIEGO
El sistema de riego debe adaptarse a las características del sistema radicular del cultivo. El avellano tiene un sistema radicular superficial (aproximadamente 60 cm de profundidad).
El sistema de riego debe estar diseñado para humedecer un buen volumen de suelo de forma constante, en la zona de aprovechamiento de las raíces. El sistema de riego más eficiente para conseguirlo es el riego por goteo.
Conocer la textura del suelo es fundamental para elegir el caudal y separación de los goteros. Se recomienda la instalación de tubería de goteo con goteros autocompensantes integrados, como UniRam™ o DripNet™. El caudal de los goteros recomendado estará comprendido entre 1,6 y 2,3 l/h y la separación habitual entre los goteros estará entre 50 y 75 cm. En suelos ligeros y drenantes se recomiendan caudales bajos de goteros y una menor separación entre ellos, ya que el bulbo tiende a ser alargado hacia abajo. Por el contrario, en suelos arcillosos, con capacidad de retención de agua, podremos instalar goteros de mayor caudal y con una separación mayor entre ellos, pues el bulbo se extiende más horizontalmente. Por lo tanto, es necesario conocer bien el tipo de terreno para diseñar el sistema de riego de forma óptima y eficiente, así como para gestionar la frecuencia y los tiempos de riego.
En la instalación del riego por goteo podremos optar por instalarlo en superficie u optar por el riego por goteo subterráneo, esta forma de instalación ofrece algunas ventajas adicionales a las que ya aporta el riego por goteo superficial.
Para un mejor control del manejo del riego nos puede ayudar la instalación de sondas de humedad para controlar el nivel de humedad del suelo. Con la monitorización de la humedad podremos prevenir un exceso o un defecto de riego y podremos conocer la profundidad de aprovechamiento del agua por parte de las raíces. Las sondas para monitorizar la humedad en el suelo son muy útiles para regular el tiempo y la frecuencia de los riegos y adaptarlos a las distintas fases fenológicas del cultivo.
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PROPIEDADES DE LA AVELLANA
Como todos los frutos secos, las avellanas son una importante fuente energética. Entre sus propiedades destacan:
- Ricas en ácido oleico.
- Ricas en antioxidantes
- Fuente de calcio, fósforo, magnesio y manganeso
- Alto contenido en fibra.
- Alto contenido en vitamina E.