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El tomate (Solanum lycopersicum L.) es una planta herbácea de ciclo anual en producción, siendo Estados Unidos, Italia, China y España los principales países productores. El tomate destinado a la industria transformadora es uno de los cultivos más importantes a nivel mundial, de él se obtienen concentrados, salsas, zumos, mermeladas, conservas, etc.
El tomate es originario de la región andina, aunque fue en México donde se cultivó y desde donde se introdujo en Europa en el siglo XVI, aunque el desarrollo real del cultivo se da a partir del siglo XVIII.
Riego
El riego es uno de los factores que más influyen en la producción y calidad final del cultivo de tomate de industria.
El objetivo del riego, junto con el resto de las técnicas de cultivo, es proporcionar a las plantas las condiciones óptimas para su ciclo productivo con un buen desarrollo de la masa foliar, un alto cuajado de frutos y las condiciones adecuadas para una maduración de los frutos uniforme. Obteniendo de esta manera a una alta cosecha con frutos de calidad. Los frutos deben tener la suficiente consistencia como para soportar el proceso de recolección mecánica.
Como índices de calidad industrial se utiliza el contenido en sólidos solubles que debe estar entre 4.5 y 5.5 º Brix. Este valor puede variar en función de las condiciones climatológicas durante la maduración y el volumen de agua aplicada en este periodo.
El tomate es sensible al estrés hídrico, requiere un aporte de agua que cubra las necesidades durante el período vegetativo, siendo la etapa reproductiva (floración-cuajado) la más sensible al déficit. Escasez de agua en la fase de floración-cuajado provocará abortos de flores, lo que traerá como consecuencia: menor número de frutos cuajados y prolongación de la floración y cuajado, lo que traerá consigo una menor uniformidad de maduración.
Es importante un buen riego durante las primeras fases del cultivo para conseguir un buen desarrollo foliar, de manera que la planta proporcione buena protección al fruto evitando quemaduras por radiación solar.
La presión de turgencia no debe ser excesiva para evitar que los tomates «estallen». Para ello también es importante el momento del corte de riego. Las necesidades de agua van a depender de dos aspectos fundamentales: de las condiciones meteorológicas y del estado de desarrollo del cultivo. Además influyen otras circunstancias concretas como la existencia de cubiertas vegetales o cubiertas plásticas y el sistema de riego.
EL RIEGO SEGÚN LAS FASES DEL CULTIVO
SISTEMA DE RIEGO
El principal sistema de riego en tomate de industria es el riego por goteo, unido a un aporte de fertilizantes mediante fertirrigación. Al tratarse de un cultivo de campaña, recomendamos elegir tubería de pared delgada o cinta de riego como Streamline® X.
Los caudales de gotero recomendados están entre 0,35 – 1 l/h y separaciones de 20-30 cm.. El tipo de suelo nos va a condicionar la elección del caudal, así como los tiempos y la frecuencia de riego.
Las sondas para monitorizar la humedad en el suelo son muy útiles para regular el tiempo y la frecuencia de los riegos y adaptarlos a las distintas fases fenológicas del cultivo. Ayudándonos a conseguir el objetivo de realizar un riego óptimo con el fin de proporcionar al cultivo las mejores condiciones para una alta producción y de calidad.
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Se desarrolla bien en un amplio rango de latitudes y temperaturas. Aunque prefiere ambientes cálidos, con buena iluminación y drenaje. La temperatura es especialmente crítica durante la floración y cuajado, situándose la temperatura media óptima entre 12 y 25ºC. Temperaturas más bajas o altas reducen el cuajado y, por tanto, la cosecha final. No tolera las bajas temperaturas ni heladas. La exposición prolongada a temperaturas inferiores a 10 ºC y una iluminación diurna inferior a 12 horas le afecta negativamente.
Es un cultivo de verano y, según la climatología de la zona, la plantación puede realizarse desde marzo hasta abril o mayo. Extendiéndose la recolección desde julio hasta octubre según la zona.
En algunas zonas la utilización de acolchado ha permitido adelantar la fecha de plantación y adaptar el ciclo de cultivo.
El tomate no es muy exigente en cuanto a suelos. Prefiere suelos sueltos, bien drenados y ricos en materia orgánica.
En cuanto al pH, se desarrolla bien en suelos desde ligeramente ácidos hasta ligeramente alcalinos. Es una especie moderadamente tolerante a la salinidad.
PROPIEDADES DEL TOMATE
- Rico en vitaminas antioxidantes A, C y E.
- Alto contenido en vitamina B1, B6 y ácido fólico.
- Entre los minerales destacan potasio, fósforo, magnesio y hierro.
- Contiene licopeno, que le da su característico color rojo, con propiedades antioxidantes.