Riego por goteo en maíz y soja: el riego más eficiente
El riego por goteo se impone actualmente como la técnica más eficiente en la gestión de las variables en campo. Es la única solución que permite la gestión de riego junto a una mejor fertilización gracias a la fertirrigación, permitiendo así cumplir con la mayoría de los requisitos del cultivo. Además, el sistema de riego por goteo alcanza valores de eficiencia de entre el 90 y 95%, mejorando sustancialmente a todos los otros sistemas de distribución de agua.
Para el riego por goteo se puede optar por dos soluciones: la de goteo en superficie o mediante goteo enterrado:
En el primer caso, el goteo se coloca sobre la superficie del suelo (o ligeramente enterrado) y localizado en interlineas. Con la distribución de agua se forma una franja húmeda de manera diferente dependiendo de si el suelo es pesado, medio o ligero:
En zonas como León, son ya numerosas las parcelas de maíz que disponen de riego a goteo. «El rendimiento de regadío es excepcional» – De acuerdo a agricultores profesionales que ya disfrutan de esta técnica en sus parcelas – distribuyen 22 mm de agua por semana con una presión de trabajo que no alcanza las 2,5 atmósferas y cumple perfectamente con las exigencias de maíz, evitando que la planta sufra estrés hídrico. Que es el sistema de riego más eficiente lo demuestran los rendimientos de producción, gracias a al goteo aumentaron al menos 1.000 Kg/ha, pasando de 1.100 a 1.200 kilogramos de media. A este aumento de producción debe sumarse que el ahorro experimentado en la factura eléctrica de donde la media ha sido ha sido del 50%.
En el segundo caso en riego enterrado, el agua llega a los sistemas de raíces por ascenso capilar hacia la superficie del suelo. La tubería autocompensante está enterrada a una profundidad de 40 cm, mientras que la planta de maíz está situada a 35 centímetros. Con 50 litros de agua por segundo, gracias al goteo pueden regar 50 hectáreas con turnos cada tres días en siete áreas de alrededor de 9 hectáreas cada una. Está claro que si se adopta esta técnica se debe haber eliminado el sistema de labranza profunda optando por el mínimo laboreo del suelo. El compacto sistema de raíces formado, reduce el consumo de energía por parte de la cosecha, que beneficia la actividad fotosintética y la producción.
Ambos sistemas también ofrecen la oportunidad de la fertirrigación, lo que limita el consumo de fertilizantes minerales sólidos y consigue una mayor eficiencia en la distribución de fertilizantes. La estrategia nutricional combinada con el riego se basa en la dosificación programada por medio del riego de una cantidad específica y fraccionada en el tiempo de nutrientes y agua de acuerdo con las necesidades. La solubilización de los nutrientes, y posterior suministro en la forma fácilmente asimilable, asegura una alta velocidad de absorción por el cultivo. Además, la distribución se localiza en el volumen de suelo donde se desarrolla el sistema radicular.
Cultivos: Maíz
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